Al eliminar una dirección de tráfico de una red, se puede reducir el riesgo de fallas.

Esto se puede lograr a través de una reducción de los puntos de conflicto en las intersecciones y puede facilitar los movimientos de cruce de peatones con espacios más ordenados en el tráfico.

Los sistemas de tráfico de un solo sentido se utilizan a menudo para reemplazar los patrones de calles de 'cuadrícula' para:

• reducir los problemas de congestión en los centros de las ciudades
• crear calles de acceso exclusivo (generalmente para el acceso a usos residenciales).

Sin embargo, los conductores pueden acostumbrarse a la falta de tráfico en sentido contrario y aumentar su velocidad. Además, las redes unidireccionales pueden resultar confusas para los no locales y aumentar las distancias de viaje.