La mayoría de los choques de peatones ocurren mientras el peatón intenta cruzar la calle. Cruzar una calle muy transitada con tráfico rápido puede ser muy difícil.

Las islas de refugio para peatones pueden ayudar a los peatones a cruzar dichos caminos de manera segura. Se pueden utilizar cuando hay una demanda de peatones para cruzar la calle, pero donde el número de peatones no es lo suficientemente alto como para justificar un paso de peatones señalizado.

Las islas de refugio para peatones son islas medianas elevadas que brindan un lugar para que los peatones esperen con seguridad un espacio en el tráfico para que puedan terminar de cruzar la calle. Esto hace que cruzar la calle sea más fácil para los peatones al permitirles cruzar en dos etapas y lidiar con una dirección de flujo de tráfico a la vez.

Idealmente, las islas de refugio para peatones deberían tener al menos 1,8 metros de ancho (las islas de refugio angostas ponen a los peatones en riesgo de ser atropellados por los espejos laterales de los camiones) y pueden ser parte de un paso de peatones no señalizado. Un ancho de al menos 2,4 m facilitará aún más el uso por parte de los usuarios de sillas de ruedas.

Las islas de refugio por sí solas suelen ser inadecuadas en carreteras anchas de varios carriles. Pueden ser útiles donde los cruces de peatones provocarían una congestión del tráfico. En estas circunstancias, los cruces deben estar señalizados. De lo contrario, deben estar disponibles espacios de seguridad adecuados junto con la pacificación del tráfico para reducir las velocidades de aproximación. También será deseable escalonar los pasos de peatones a cada lado de la isleta central de refugio de modo que los peatones miren naturalmente hacia el tráfico que se aproxima.

Las isletas de tráfico en las intersecciones también pueden actuar como islas de refugio (especialmente para ayudar en el movimiento a través de la carretera secundaria) y proporcionar un beneficio de seguridad adicional en estos lugares.