Él Plan Global para la Década de Acción 2021-30 enfatiza que con aproximadamente 70% de la población mundial que se espera que viva en entornos urbanos para 2030, la mayor demanda de movilidad urbana superará la capacidad de los sistemas que dependen en gran medida de vehículos privados como automóviles y motocicletas.

El Plan Global dice: “La inversión en sistemas de transporte público para facilitar el movimiento seguro y eficiente de poblaciones grandes y en crecimiento es, por lo tanto, fundamental para abordar este problema. Los sistemas de transporte público, como autobuses, tranvías y trenes de cercanías, transportan a más personas en comparación con los automóviles privados y, en general, son más asequibles. Reducen la exposición a choques y son una vía clave para mejorar la seguridad, como se destaca en ODS meta 11.2.”

“El transporte multimodal y la planificación del uso del suelo es un importante punto de partida para implementar un Sistema Seguro. Establece la combinación óptima de modos de transporte motorizados y no motorizados para garantizar la seguridad y el acceso equitativo a la movilidad, al mismo tiempo que responde a las diversas necesidades y preferencias de una población. El transporte multimodal y la planificación del uso del suelo deben adaptarse a los contextos y climas locales. La planificación del uso del suelo debe incluir la consideración de la gestión de la demanda de viajes, la elección del modo y la provisión de viajes seguros y sostenibles para todos, en particular para los modos de transporte más saludables y limpios, pero a menudo más descuidados: caminar, andar en bicicleta y el transporte público. Esto debería ir acompañado de normas que eviten o mitiguen explícitamente los riesgos potenciales para la seguridad vial y exijan un rendimiento mínimo de seguridad para todos los modos, capacidades y viajes esperados”.

“La disponibilidad de estacionamiento para bicicletas y vehículos privados en paradas de autobús y estaciones de tren, por ejemplo, puede facilitar los desplazamientos multimodales. Además de eliminar los riesgos para los peatones y ciclistas del tráfico de vehículos motorizados, las personas necesitan sentirse seguras. Con este fin, las inversiones en infraestructura y las políticas que mejoran la seguridad percibida de las personas, tanto del tráfico como del crimen, y especialmente aquellas que abordan las cuestiones de seguridad de género, son requisitos previos importantes para fomentar el transporte multimodal y la movilidad activa”. 

Él Plan global hace una serie de recomendaciones para fomentar el transporte multimodal y la ordenación del territorio:

• Implementar políticas que promuevan el diseño urbano compacto.
• Implementar políticas que reduzcan la velocidad y prioricen las necesidades de los peatones, ciclistas y usuarios del transporte público.
• Promover el desarrollo orientado al tránsito para concentrar los desarrollos urbanos y comerciales alrededor de los nodos de tránsito masivo.
• Ubicar estratégicamente, cuando sea factible, viviendas públicas, subsidiadas y para la fuerza laboral para brindar un acceso conveniente a los servicios de tránsito de alta capacidad.
• Desincentivar el uso de vehículos privados en áreas urbanas de alta densidad mediante la imposición de restricciones a los usuarios de vehículos motorizados, vehículos e infraestructura vial, y proporcionar alternativas que sean accesibles, seguras y fáciles de usar, como caminar, andar en bicicleta, autobuses y tranvías.
• Proporcionar conectividad intermodal entre el transporte público y los esquemas de bicicletas compartidas en las principales paradas de tránsito y crear conexiones de transporte para viajes en bicicleta y peatones que reduzcan el tiempo total de viaje.
• Construir (o reconstruir) redes de transporte existentes para garantizar que los modos de viaje no motorizados sean tan seguros como los motorizados y, lo que es más importante, satisfagan las necesidades de viaje de todas las edades y capacidades.
• Promover la comercialización positiva y el uso de incentivos, como el costo compartido por el empleador de las suscripciones de transporte público.